dimecres, 9 de març del 2011

Capítulo 8. Estructuras sociales de la Hispania romana.


I.- Las estructuras sociales indígenas y su transformación

Tranoy dice que si  las sociedades indígenas aparecen en la epigrafía latina es porque han entrado en contacto con Roma y su lengua vehicular ha sido sustituida por el latín, lo que significa que está perdiendo parte de su identidad y está entrando en una fase de disgregación. Tenemos un buen número de casi 200 inscripciones en las que se mencionan estructuras sociales indígenas en momentos posteriores al gobierno de Augusto. Tenemos a varios miles de inscripciones de individuos de clara filiación indígena, fenómeno que dura hasta bien entrado el s. II d.C.

Se concentran en la PI dentro del perímetro rojo (mapa), y en esa zona las mayores concentraciones de testimonios se encuentran en azul. La zona que corresponde al perímetro es una parte sustancial de la Hispania indoeuropea, de filiación céltica, donde se encuentran arévacos, carpetanos, vacceos…

La razón tiene que ver con el ritmo de la conquista romana, los territorios tempranamente conquistados vieron disolverse de forma muy temprana sus estructuras sociales, mientras que en la zona central, que es el territorio conquistado en el siglo II a.C.,  tras las guerras lusitanas y la zona septentrional donde tuvo lugar las guerras celtíberas fueron conquistadas en fechas relativamente tardías (silgo II a.C.). Ese argumento no nos sirve para Portugal y Gallaecia, pues se integran al mismo tiempo que los celtíberos y los lusitanos. Además del ritmo de conquista ese mapa refleja que hay una bolsa en el centro y norte de la PI donde coexistieron pueblos indígenas cuyo sistema de organización familiar era uniforme, totalmente diferente al resto de Hispania. El punto más meridional de ellos es una inscripción de la Ribera del Guardiana, que procede de casas de Don Pedro, pero es un testimonio falso puesto que el personaje que aparece en la inscripción es toledano (emigrante). Si excluimos este testimonio las organizaciones suprafamiliares no se acercan al Guadiana, se restringen al área céltica (cuenca del Tajo). Estas unidades indígenas son fáciles de reconocer en las inscripciones por las terminaciones de genitivo de plural en (-um).  Estas unidades no son mencionadas en las fuentes, por lo que suponemos que son fracciones menores desde el punto de vista organizativo de los pueblos que sí que aparecen en los textos, los populii. Estas organizaciones suprafamiliares son las subdivisiones menores de las etnias. Ejemplo: provincia de Cuenca, territorio carpetano, y los veniatiocos es una de las facciones que pertenecen a los carpetanos.

María Lourdes Albertos era la mayor filóloga del mundo antiguo, escribió un trabajo sobre estas inscripciones, denominado Organizaciones Suprafamiliares de la Historia Antigua, un término antiguo, y en la bibliografía posterior habla simplemente de unidades organizativas, mientras que en el último de los trabajos se habla de grupos de parentesco. Por ahora lo único que sabemos es que son gentes emparentadas familiarmente e ingresan también los que contraen matrimonios con algún miembro de la familia (muy parecido al sistema de organización clásico: la cognatio). Por lo que en muchas ocasiones a estos grupos de parentesco se les conoce como cognationes.




2. La formación de comunidades de régimen jurídico latino

Hay una inscripción en el pavimento de del foro de Segobriga que corresponde a un personaje que pagó la pavimentación del foro, pero este señor es un indígena sin ciudadanía romana, que está situado al margen de las estructuras romanas y que en ningún momento tenía que verse involucrado en estas prácticas. Es un indígena que quiere comportarse como un romano, pero todavía no lo es, por lo que parte de las élites indígenas que en la época de Augusto están en condiciones económicas favorables se permiten comportamientos similares a los de los romanos para integrarse en dicha ciudadanía romana. Así pues, desde el punto de vista de los contingentes sociales, en las ciudades romanas en su relación con los indígenas experimentan fenómenos de contaminación, un proceso habitual. Los hábitos de aquellas gentes integradas en la vida romana son imitados por las poblaciones indígenas.

Ejemplo: estela ciudadana de Mérida que sigue el medio común de retratar al difunto; encontramos muchos contextos indígenas de la sierra del Segura, pero que rápidamente producen este tipo de inscripciones, es decir, son fenómenos de mimetismo, por lo que intentan imitar las costumbres romanas.

3. De las estructuras indígenas a la aristocracia urbana

Ese intento de acercamiento de las poblaciones indígenas a la población romana no siempre concluyó con éxito, pues les llevó a una equiparación de derechos a algunos, pero a otros, sin embargo, no: una gran parte de los indígenas que tras las GC estaban en condiciones de peregrinos llegaron a la condición de esclavitud.

Cada vez más evidencias de la conversión de indígenas condición de esclavos a partir de la época de Augusto. Se requiere una mano de obra dependiente, que en Oriente procede de la zona de las Cicladas y en occidente sale de las zonas conquistadas.

Imagen: inscripción de Villaminaya, Toledo, es una estela ciudadana que serviría para cualquier romano, sin embargo en el texto que aparece en la parte de arriba se refleja que quiñen ha grabado la inscripción, Nezutus, pese a ser de finales de época flavia, no conoce bien el latín (analfabetismo funcional) y se encuentra en condición de esclavitud.

Imagen: inscripción de Sayatón, Guadalajara, una estela en el que el indígena es Albanus, y procede de la organización suprafamiliar de Clousocum à en este caso es indígena, pero dice que es liberto de Cayo Lucio y Mario.

Si vamos hacia el sur las evidencias son también del mismo perfil, en este caso una mujer llamada Turpa dice que es sierva de una latina.

Imagen: inscripción de Corral de Calatrava, Ciudad Real,  con el nombre de una indígena que es sierva de Maternus.

Junto a esos otros testimonios que carecen de la ciudadanía romana, siendo población dependiente, entre los que podemos incluir a Letondo (grupo de los Segossocos) à evidencia de que la organización de la PI desde el punto de vista jurídica no se tradujo en una plena integración social. Por lo que sólo se benefició a una parte de la población local, mientras que la mayoría quedaron en situación dependiente, y se prolonga hasta comienzos del siglo II. Imagen: de dicho período tenemos altar dedicado a un dios indígena, de los Medugénicos, que está fuera de los mecanismos jurídicos que está extendiendo Roma, lo que quiere decir que la PI en época julio-claudia y flavia socialmente se está fragmentando y se está abriendo una delimitación prominente entre aquéllos que están integrados y aquéllos que están en condiciones de dependencia.

Entre aquéllos que consiguen los privilegios encontraremos indígenas, y tenemos la inscripción de Navas de Estena, Ciudad Real, que es un punto muy meridional. Un personaje indígena que todavía hace ostentación de los elementos que lo caracterizan como indígena, que se llama C. Iulius Aeturus, (con  praenomen, nomen y cognomen) ciudadano romano de pleno derecho, pero que pertenece al grupo de los Solicum. De alguna manera éste el punto de llegada que realiza el pavimento del foro de Segobriga. Para algunos indígenas sí hubo meta alcanzada.

Tenemos asimismo una masa de esclavos importante  entre los siglos I d.C. y comienzos del siglo II d.C. Si nos fijamos en la producción artesanal tenemos ejemplos de tejas y ladrillos à todos los artesanos y fabricantes que participan en la construcción son indígenas sin ciudadanía, y en muchos casos se trata de esclavos. Y ocurre lo mismo con la extracción minera, muchos mineros que son esclavos o indígenas sin ciudadanía. Por tanto, el grueso de la producción económica se realiza utilizando estos contingentes de la población indígena, y desde esa perspectiva de la PI no tiene ninguna diferencia de conquista con el resto de lugares.

La esclavitud se mantuvo como un fenómeno muy relevante incluso después de Augusto y se mantuvieron al menos hasta el siglo II d.C. (con Trajano).                         



II.- La formación de las élites hispanas
1. La integración en comunidades

En 1975 un hispanista alemán, Alföldy, en su Historia Social de Roma, publicó un gráfico que resume la estructura social romana:

1.      En la parte superior aparece el emperador
2.      Orden senatorial (senadores, cónsules y sus familias)
3.      Orden ecuestre (funcionarios medios del Estado y del ejército)
4.      Aristocracias locales (órdenes decurionales) situadas inmediatamente debajo
5.      Y por debajo esa parte gigantesca de la pirámide que se denomina “estratos inferiores” o población no cualificada, lo que no significa que todos no tienen situación de privilegio (como los ingenium).

Dicho estrato de las órdenes decurionales corresponde a las élites urbanas. Dentro de ese colectivo hay un conglomerado muy importante entre poblaciones locales que han conseguido promocionarse y poblaciones foráneas que han emigrado hacia los territorios conquistados y han llegado en situación de superioridad social. Al tratarse de las élites urbanas hay que preguntarse por el destino de las élites prerromanas que dirigían el territorio con anterioridad. Dichas élites, en el momento de la pacificación no sólo consolidaron su situación sino que la mejoraron, pero la diferencia estriba en que el mundo en el que habían crecido las élites prerromanas en el que el carácter de élites se lo daba su superioridad económica o social por encima de sus conciudadanos. Era una jerarquía de hecho, pero que queda bendecida por el derecho romano. Las jerarquías no son un sistema de organización defendida por la fuerza, sino porque jurídicamente el derecho romano le ha concedido dicha posición. La jerarquización del derecho romano son una jerarquización jurídica, mientras que en la PI prerromana son una jerarquía bélica.

El mecanismo de acceso a la ciudadanía con el disfrute de las magistraturas era un mecanismo pensado para favorecer a estas élites. ¿Pero quién puede ser magistrado en una ciudad que no tiene remuneración para los cargos públicos? Quienes tenían recursos económicos suficientes. Era un sistema, por tanto, pensado por y para las élites prerromanas, y de hecho se convirtieron en élites romanas de pleno derecho.

Ese sistema de promoción de las élites locales a través de las élites locales, provoca la apertura de brechas. Entre los ciudadanos y no ciudadanos, incluso entre los ciudadanos de condición libre. Además, está la herramienta del conocimiento del latín, que en la Hispania del siglo I estuvo muy lejos de ser un conocimiento completo de forma escrita. El analfabetismo funcional es un fenómeno generalizado en la Hispania del siglo I y s. II. Y el no escribir el latín se convierte en una barrera que separa a los ciudadanos de origen indígena plenamente ciudadanos de aquéllos que poseyendo recursos económicos o no teniendo obstáculos ven en el desconocimiento del latín un muro infranqueable. Las élites que se integraron en las ciudades son élites que se han esforzado en pocas décadas por tener comportamientos culturas latinos. Hay que tener, de hecho, práctica en los discursos en el foro y hay que dictar sentencias judiciales en latín.

Además de las posibilidades inmensas para la plena integración tenían una ventaja a su favor, y es que Roma las necesitaba. El esfuerzo administrativo romano es mínimo, prácticamente sin desembolsos, porque son las élites locales las que asumen el mayor esfuerzo de gestión.  Para que eso ocurra deben tener poderes delegados de Roma que debían pertenecer al orden decurional. Roma necesitaba tener como aliados a las élites prerromanas y éstas, a su vez, necesitaban los derechos necesarios para convertirse en el orden decurional.

Tenemos dos ejemplos al menos singulares de estas élites prerromanas:

1-     El poeta Marcial, nacido en Bílbiris (en las cercanías de Calatayud) à aparece un estuco con una decoración que refleja la integración de estas gentes (llevan toga). Ese poeta marchó a Roma y pronto se convirtió en el principal amigo de los emperadores flavios, utilizó las composiciones poéticas para decorar el coliseo en si inauguración. Marcial pertenecía a una de estas élites prerromanas. No solo una integración jurídica con la plena ciudadanía y ocupación de cargos administrativos, sino además con el perfecto conocimiento del latín, hasta tal punto de que Marcial era uno de los mejores conocedores de la lengua latina a pesar de ser celtibérico.
2-     Familia cordobesa de los Séneca, una familia que desde el punto de vista social son parte de la élite prerromana de la bética. De hecho, no destacó en su tiempo por sus conocimientos intelectuales, sino que eran fundamentalmente propietarios de minas de plata de Sierra Morena y en el momento de la pacificación del territorio entraron en la dinámica romana y se convirtieron en parte de la élite. Su perfil como élite prerromana está plenamente definido: no sólo tiene minas, sino que tienen el control de la importante ciudad de Córdoba, punto necesario para la navegación del Guadalquivir, pues estaba el mayor de los puentes que permitía cruzar el mineral de los distritos mineros.  

Cuando Roma extiende lo que se conoce como Pax Augusta estas élites prerromanas cambian de actividad económica o cambias la tradicionales. Si habitualmente se medía en su capacidad para controlar los recursos económicos del interior, a partir de época Augustea pusieron sus ojos en la exportación y en el control de los mecanismos de la exportación. De ese modo entraron en contacto con las élites de otros lugares, y en esa exportación que se convierte en el motivo principal para el desarrollo económico un componente clave es el control de las minas. Tenían muchos recursos por explotar, pero no había demanda para ese mineral, puesto que la población a la que se dirigía la producción era la hispana con un crecimiento económico muy lento. Pero como las fronteras comerciales se rompen sube la demanda y las minas se reactivan. Ponen sus ojos en la exportación y tienen a su alcance nuevos mercados. Y para aquellas élites que no están involucradas en el control minero sucede exactamente lo mismo en la agricultura. La producción de aceite de la bética, con la conquista romana, con la apertura de mercados, se abrieron horizontes comerciales. De aquí que la plena integración de las élites prerromanas se materialice en nuevas actividades económicas.

1.- Una élite que aprovecha la presencia romana
- Élites prerromanas convertidas en élites de época romana
- Las ciudades como cauces de promoción para acceso a ciudadanía
- La recepción del latín como herramienta

El pertenecer al grado más alto del orden decurional no oficializaba automáticamente la elevación social al orden ecuestre para ningún individuo, pues habían de tener uno capital de 400.000 sestercios mínimo. Debía ser decisión exclusiva de los emperadores.

El mecanismo empleado fu muy sencillo: las élites locales de origen prerromano accedieron al control de las ciudades y se convirtieron en élites de derecho. A medida que su nivel de rentas se fue elevando fueron acercándose al umbral de acceso al orden ecuestre (400.000 sestercios), y a partir de ese momento su expectativa de crecimiento dejó de ser la exclusivamente económica, fijando sus miras en cruzar su barrera y entrar en el orden ecuestre. Roma, para ese cruce del orden ecuestre, además de la plena disposición de los emperadores para conceder el privilegio puso una exigencia: el servicio al Estado para acceder al nivel ecuestre debía suponer el comenzar necesariamente la dirección militar de unidades militares, contingentes de tropas indígenas reclutadas en las provincias que se habían enrolado en el ejército romano con el objeto de alcanzar la ciudadanía romana en el momento de licenciamiento.  Este sistema de promoción excedía la voluntad de las propias élites locales, puesto que con la promoción posterior dependían de la voluntad del Estado: Roma sembró los alicientes suficientes para atraer a dichas élites y una vez que éstas aceptaban les imponían una nueva condición para acceder.

Este acceso al orden ecuestre tenían una compensación, un servicio breve pasado el cual reaccedía automáticamente a la carrera de ecuestre civil. Así, ingresaban en los niveles medios o altos de la estructura administrativa romana y conseguir con eso mejorar sus propios negocios. La administración civil era una nueva promoción para conseguirlo. La participación en el ejército se convirtió en una práctica generalizada para alcanzar un desarrollo posterior.

Cuando estas élites locales habían accedido al rango ecuestre y tenía experiencia administrativa, sucedió un fenómeno para el que no tenemos explicación. Fue una vuelta a la patria por muchas de estas élites, a comienzos del s. II d.C. (Trajano-Adriano) gran parte de las élites involucradas en una vertiginosa carrera para el orden ecuestre, optaron por volver a sus respectivas ciudades. Algunos volvieron a desempeñar actividades relacionadas con el culto al emperador. Estos funcionarios que vuelven a la patria regresan a un puesto que no les reporta beneficios sociales y económicos. Sin embargo se produce un retorno progresivo. No tenemos explicación

jueves, 26 de marzo de 2009

            Siguiendo con el tema de las élites en la hispania romana.  Estas élites locales muy pronto entraban en la estructura administrativa ecuestre y el Estado les obligaba a desempañar funciones militares antes de entrar en la administración jurídica. Tenemos:

- La inscripción de Barcelona que recoge la carrera à sabemos que fue un militar de origen hispano romano y que su carrera empezó como magistrado en la ciudad de Barcelona, pero él era nacido en Zaragoza. A afectos electorales se le censó en la tribu Aniensis. Se asentaron en BCN y él como miembro de una familia pudiente empezó su carrera primero edil, duunviro y sacerdote del culto imperial (flamen). Más tarde se le nombró de praefectus fabrum a las órdenes de un senador de rango consular o pretorio en un contexto militar. Y luego fue tribuno militar y entró en el orden ecuestre, pero de repente vuelve a Hispania, donde se le nombra sacerdote del culto imperial de la provincia Citerior, residiendo en Tarraco. Nos sabemos a qué responden estos movimientos pero tenemos un de los epigramas del poeta Marcial, que ha habla de que Liciniano ha vuelto Hispania, y nos habla de las ventajas de vivir en su ciudad natal, de donde son originarios ambos (Bilbilis). Está haciendo un elogio por haber abandonado Roma y haber vuelto a su lugar de origen. Nos describe las ventajas de volver a la patria, la ciudad en que se tienen las raíces, y por otra parte, las ventajas de pertenecer a la élite local en la que puede dedicarse a las actividades del ocio. Al mismo tiempo nos indica las actividades de la élite. Sabemos que su carrera se paró en seco y muchos volvieron, por lo que se concluye de que se trata de vueltas a la patria, por lo que no tenían aspiraciones de seguir adelante. Éste es el único ejemplo que tenemos de los personajes del conocemos de su carrera y del escritor que le escribe a su vuelta.

            Estos miembros de las elites locales gustan de erigirse estatuas de forma mutua que se colocaban en los foros, y el caso de Hispania no es una excepción. Conocemos unas prácticas que se denominan de autorepresentación, corrientes en todo el IR y esas prácticas incluyen estatuas sobre pedestales epigráficos pero también imágenes a caballo, que en principio son individuos que han llegado por lo menos al rango ecuestre. Para el resto de los miembros de las élites (élites locales y magistrados) lo normal son las estatuas de pie. Y había una tercera modalidad: estatuas pensadas, que estaban reservadas para los miembros del orden senatorial. Estas tres categorías, siendo la costumbre, tampoco se cumplen de forma escrupulosa. Ejemplos relacionados con el rango ecuestre:

-         Imagen de la plaza capitolina de Pompeya y pintura pompeyana en la que se representa uno de los pórticos de esa plaza y delante de éstas aparecen unos pedestales sobre el suelo con las correspondientes inscripciones. Serían miembros del orden ecuestre.
-         En comparación con la anterior vemos algunas piezas que albergan los museos, como un pedestal alargado que corresponde a una imagen ecuestre, de un miembro de la élite local de rango ecuestre que se encuentra en Játiva.

Por tanto es una práctica que se extiende por todo el IR. Las élites romanas de Hispania imitaron comportamientos itálicos y se hicieron representar también a caballo o en sillas.
     
Tenemos también basas alargadas donde se posa el pedestal, donde se colocaría la correspondiente estatua. El foro se convirtió en el escaparate de la publicidad para la propia promoción de  las élites. Cuando las estatuas eran de pie no hacía falta que fueran tan profundas

Dos inscripciones de Tarragona, que son en honor de miembros de la élite local que han alcanzando ciertos puestos en la administración y que son honrados por familiares y que se convierten en personajes públicos y que al mismo tiempo con ese reconocimiento certificaban su ingreso en el orden decurional que dirigía los ingresos urbanos.


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